sábado, 1 de agosto de 2009

ALFONSO UGARTE DE PUNO

Los albores del recuerdo perennizan la imagen de un representativo que le dio linaje al deporte puneño y supo insertarse los corazones de los pobladores comunes y corrientes.
Ante una serie de prerrogativas y doctrinas antagónicas, un contingente que ama la cultura a través de la zampoña genera una institución con la denominación de "Unión Obrera" (1928).
Desde ese entonces se inicia una prodigiosa campaña en la Liga de Fútbol de Puno, demostrando perfomance con la contribución de los clanes Carpio, Rivera, Alata, Guzmán, Medina y Pari Chevarría hasta 1933.
En menos de tres años se opta por la nueva denominación de "Estrella Roja" con regular participación en el balompié de honor.
Con el afán de consolidar la personería jurídica, el 7 de junio de 1936 se toma la denominación oficial de Alfonso Ugarte con la iniciativa de Vitaliano Pari (QEPD), Jesús Endara (QEPD), Miguel Guzmán y José Carpio.
De esa forma, se elije el color rojiblanco con distinción que se determina en honor a la Jura de Bandera, cuya primera reunión se desarrolla en el Jr. Los Incas 226, actual domicilio de la familia Pari Chevarría.
Primer presidente de Ugarte Respondiendo al clamor de aficionados, deportistas e hinchas del tean ugartino, es nominado como primer presidente Vitaliano Pari; lo respaldan José Carpio Rivera (secretario), Miguel Guzmán (tesorero) y la férrea participación de las damas Paula Medina y Rosa Carpio que cumplieron la función de vocales.
Posteriormente, la entidad se ancla en el nuevo ambiente del Jr. Alfonso Ugarte que alguna vez perteneció a los trabajadores la Compañía Hotelera del Perú, resaltando el nombre de los hermanos Nazario y Benito Gómez; Andrés el "burro" Endara y la inacabable familia Alata Záenz.
La nueva era del plantel alfonsino En la década de los 60 asume la presidencia Julio C. Palomino, incitados por un grupo de renovadores de calzados. Tras su deceso toman la batuta los hermanos Jesús y Melchor Palomino Bejarano hasta introducir al cuadro de sus amores al profesional Rolando Avila Díaz, quien asume su participación en la Copa Libertadores de América (1976).
Luego fueron titulares Enrique Núñez Mendiguri, Aquilez Menéndez, Elard Castillo Ardiles, Víctor Madariaga Ancieta, Mariano Portugal Catacora y Jorge Frisancho Oblitas que afronta en la actualidad la Segunda Profesional.Su presencia en la Copa Libertadores de América elevó la estirpe del elenco, confrontando ante grandes del fútbol sudamericano como Millonarios, Santa Fe de Bogota, y Alianza Lima.

Alfonso Ugarte tiene 70 años de vida institucional. Primero se llamó Unión Obrera, luego pasó a denominarse Estrella Roja -como el de Belgrado- y en 1936 adoptó su nombre actual. En 1974 el club subió a la Primera División gracias a un decreto dictado por el gobierno militar de aquel entonces que otorgó el ascenso a los ocho campeones regionales de la Copa Perú sin que de por medio se disputara la tradicional Finalísima.

En su primera temporada en la élite profesional, el cuadro ugartino terminó en el puesto 11 de los 22 participantes, y al año siguiente dio el gran batacazo al coronarse subcampeón y se clasificarse a la Copa Libertadores junto a Alianza Lima. En aquel equipo, entrenado por Walter Milera, brillaban con luz propia figuras como Jorge Arrelucea (hermano mayor de Roberto), el paraguayo Ángel Amidey Pereyra, el capitán Ernesto Neyra, el díscolo Walter Daga y los atacantes José Leyva y José Ticona.

La participación en la Libertadores elevó la estirpe del elenco, y lo llevó a confrontar en el Enrique Torres Belón de Puno a los dos cuadros "grandes" de Bogotá, Millonarios e Independiente Santa Fe, además de Alianza Lima. Ugarte obtuvo un inolvidable triunfo frente a Santa Fe por 2-1 en Puno con tantos de Moisés Vargas y Ángel Amidey Pereyra, obtuvo cuatro empates y solo perdió frente al Millonarios en Bogotá, pero no logró clasificar a la segunda etapa por diferencia de goles.

Con el paso de los años, el equipo fue perdiendo protagonismo en el Descentralizado y pasó a luchar periódicamente el descenso, e incluso en 1985 protagonizó un playoff por la baja contra su rival regional Diablos Rojos de Juliaca que ganó ajustadamente por 2-1. Sin embargo, la reducción de equipos del año 1991 lo arrastró consigo y tras ubicarse en quinta posición en el acumulado del Regional Sur perdió la categoría y pasó a jugar el Zonal de 1992 y, posteriormente, la Copa Perú hasta la fusión con el Atlético Universidad.

A principios de 2006 se vio con agrado cómo un antiguo conocido del fútbol nacional no regresaba a las notas periodísticas por un desastre económico ni por una fatal decisión de desaparecer al club en mención. Por el contrario, en esa ocasión se hablaba de cómo un histórico club del fútbol peruano lograba insertarse a la Segunda División con la intención de en primera instancia regresar a la división de honor del fútbol peruano. Tal fue el caso del emblemático Alfonso Ugarte de Puno, que luego de fusionarse con el descendido Atlético Universidad de Arequipa -en la práctica, le compró la categoría- empezó a participar en el certamen de ascenso

En su primera campaña en Segunda el 2006, Ugarte cumplió un papel aceptable y culminó sexto con 32 unidades. Para el 2007, sin embargo, el equipo vio agudizado un serio problema: no pudo contar con el apoyo de su hinchada ya que el Enrique Torres Belón -el ‘Coloso de Piedra’- se mantuvo en remodelación por parte del IPD, por lo que se vio obligado a trasladar su sede a Juliaca. En esa ciudad, el Alfonso Ugarte terminaba siendo más visitante que local, pues es conocido que la rivalidad entre juliaqueños y puneños es una de las más enconadas -si no la mayor- que existen entre ciudades del interior del país.

Así, durante el torneo de la Segunda División 2007, Alfonso Ugarte fue un remedo de equipo. Tuvo en Eddy Oyarzábal a su primer técnico, aunque tras una goleada aparatosa en casa 0-5 contra Atlético Minero fue despedido. Lo reemplazaron Félix 'Loquito' Cáceres y posteriormente Eduardo 'Chino' Coacalla, quienes poco o nada pudieron hacer con un plantel limitado que contaba con pocos jugadores de trayectoria profesional, entre los que destacaban el capitán Miguel Ortega y Guillermo Cruzate, entre otros.

Como parte de la ecuación perfecta para fracasar en el fútbol, el discreto manejo económico y dirigencial no contribuyó a levantar la situación. La campaña fue, sin dilaciones, pésima: de los quince partidos disputados, Ugarte ganó solo dos, empató uno y el resto los empató. El clímax llegó el último 7 de octubre: el equipo debía enfrentar a Hijos de Acosvinchos pero suspendió el partido argumentando motivos de fuerza mayor. El 14 de octubre también debió haber jugado contra San Marcos, y otra vez la dirigencia ugartina pidió suspender el compromiso alegando falta de cupos de vuelos aéreos. La Comisión de Justicia de la ADFP-SD decidió cortar por lo sano y declarar perdidos por W.O. ambos partidos por parte del cuadro puneño, lo cual automáticamente, según las bases, lo condena al descenso a su liga de origen y otorga a todos los rivales que aún debían enfrentarlo sendas victorias por 2-0 en los partidos respectivos.

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